Aceptar que el dolor es real y no es culpa tuya es fundamental. Mantén una mentalidad positiva y realista sobre lo que puedes lograr en la cocina.
Estas estrategias no solo facilitan la tarea de cocinar, sino que también pueden mejorar tu calidad de vida, permitiéndote disfrutar más del tiempo con tus seres queridos y sentir una mayor conexión a través de la comida casera.