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Neuroestimulación de Cordones Posteriores: Dolor Lumbar y Neuropático Crónico Refractario

El dolor neuropático crónico que no responde a ninguna terapia, incluida la cirugía, puede ser debilitante y devastador. Para aquellos que han agotado tratamientos convencionales o incluso quirúrgicos y siguen sin mejorar,  la neuroestimulación de cordones posteriores (SCS, por sus siglas en inglés) se presenta como una opción avanzada que puede cambiar la vida de pacientes con dolor neuropático crónico, como la lumbociatalgia y otros tipos de dolor resistentes a los tratamientos habituales. Esta terapia mínimamente invasiva se ha consolidado como una opción clave para quienes han sido «desahuciados» por otras modalidades.

¿En qué consiste la Neuroestimulación de Cordones Posteriores?

La neuroestimulación de cordones posteriores implica la implantación de un dispositivo («pila pequeña») que envía impulsos eléctricos a los cordones posteriores de la médula espinal, interfiriendo con las señales de dolor que se transmiten al cerebro, bloqueándolas. Este proceso modula la percepción del dolor, permitiendo que los pacientes experimenten un alivio significativo y, en muchos casos, una mejora sustancial en su calidad de vida.

Proceso de Tratamiento:

  1. Prueba preliminar de estimulación: Inicialmente, se realiza una prueba de estimulación temporal en la que se implantan 1 o 2 electrodos en el espacio epidural para evaluar la respuesta del paciente a los estímulos eléctricos. Esta fase dura unos días, y el objetivo es verificar si el dolor se reduce en un 50% o más. Un resultado positivo en esta fase es un fuerte indicador de éxito en la implantación definitiva. Si el paciente no refiere beneficio, se retiran los electrodos. Es totalmente reversible.
  2. Implantación definitiva: Si la prueba es exitosa, se procede con la implantación definitiva de los electrodos y un generador de impulsos que se coloca a nivel subcutáneo, en el espesor de la grasa glútea. Este dispositivo es capaz de personalizar a todos los niveles la terapia ofrecida al paciente, tanto en territorio doloroso, intensidad y modalidad.

¿Quién puede beneficiarse de la Neuroestimulación y quién no?

La SCS no es un tratamiento para todo el mundo. Está dirigida a pacientes específicos que han agotado otras opciones terapéuticas y que padecen dolor neuropático crónico. Entre las condiciones más comúnmente tratadas con SCS se encuentran:

  • Dolor neuropático crónico: El paciente debe padecer dolor neuropático crónico que no ha respondido adecuadamente a otros tratamientos, como medicamentos, fisioterapia, bloqueos nerviosos, radiofrecuencia o cirugía. Ejemplos incluyen lumbociatalgia crónica, dolor persistente después de una o más cirugías de espalda (síndrome de cirugía fallida de espalda (FBSS) o dolor radicular persistente.
  • Síndrome de dolor regional complejo (SDRC): Dolor severo localizado en una extremidad tras una lesión o cirugía.
  • Respuesta positiva a la prueba preliminar de estimulación: El paciente debe someterse a una prueba de estimulación temporal que demuestre una reducción significativa del dolor, generalmente superior al 50%, durante el periodo de prueba (que dura varios días) antes de considerar la implantación definitiva del dispositivo.
  • Estado psicológico adecuado: El paciente debe superar una evaluación psicológica que descarte trastornos psiquiátricos graves como la depresión mayor no tratada, la psicosis, el catastrofismo del dolor o la adicción activa a sustancias. Es fundamental la estabilidad emocional y la capacidad de comprender y participar activamente en el tratamiento​
  • Compromiso con la terapia: El paciente debe estar motivado y dispuesto a seguir el tratamiento, con expectativas realistas sobre los resultados. También es importante contar con una red de apoyo social adecuada, que ayude en el proceso de recuperación y ajuste al dispositivo.
  • Capacidad funcional reducida por el dolor: Los pacientes que tienen una importante limitación en sus actividades diarias debido al dolor crónico son más propensos a beneficiarse de este tratamiento. Se utiliza el Índice de Discapacidad de Oswestry modificado para medir el impacto funcional del dolor, junto con escalas de dolor como la Escala Visual Analógica (EVA) para valorar la intensidad del dolor.

Criterios Excluyentes:

  • Pacientes con trastornos psiquiátricos graves no controlados (depresión, ansiedad severa, psicosis).
  • Dolor nociplástico
  • Litigios pendientes o compensaciones que puedan generar un sesgo en la percepción del dolor y en el deseo de someterse al tratamiento​.
  • Pacientes que no hayan excluido todavía el tratamiento quirúrgico.

Resultados Esperados

Los estudios muestran que hasta el 88% de los pacientes que reciben la neuroestimulación de cordones posteriores experimentan una reducción significativa del dolor y una mejora en su calidad de vida, manteniendo su eficacia a largo plazo. La mayoría de los pacientes reporta una mayor capacidad para llevar a cabo actividades diarias, reduciendo o eliminando la necesidad de medicación opioide. Además, las complicaciones a largo plazo, como infecciones o fallos en los dispositivos, son mínimas y manejables​.

Beneficios Clave:

  • Alivio significativo del dolor neuropático.
  • Mejora funcional: Incremento en la capacidad para realizar actividades cotidianas.
  • Reducción en el uso de opioides y otros analgésicos.
  • Menor necesidad de intervenciones quirúrgicas adicionales.

¿Cómo se evalúan los resultados?

Además del alivio del dolor, los resultados se evalúan con escalas de calidad de vida, como el Cuestionario SF-36, que mide la percepción del bienestar general. Los pacientes son revisados periodicamente para asegurar que el dispositivo esté funcionando correctamente y que los ajustes estén optimizados.

Cuarto escalón terapéutico

Para aquellos pacientes que creen que ya no tienen opciones, la neuroestimulación de cordones posteriores puede ser la solución. Esta tecnología avanzada ha demostrado ser altamente efectiva en pacientes bien seleccionados y puede proporcionar un alivio duradero y una mejora significativa en la calidad de vida. Si usted padece dolor crónico que no ha mejorado con otros tratamientos, le recomendamos que consulte con nuestro equipo especializado para valorar si la neuroestimulación es una opción viable.

Referencias

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  4. Sparkes E, Raphael JH, Duarte RV, Ashford RL. A systematic literature review of psychological characteristics as determinants of outcome for spinal cord stimulation therapy. Pain. 2010;150(3):284-289. doi:10.1016/j.pain.2010.06.017
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